Los creadores europeos que recalaron en España a mediados de la segunda década del siglo XX, algunos huyendo de la Gran Guerra, trajeron consigo las nuevas tendencias artísticas que circulaban por Europa. Es el caso del matrimonio Delaunay; de Albert Gleizes, instalado en Barcelona desde 1916; de Francis Picabia, residente también durante un tiempo en Barcelona, donde funda la revista dadá 391; o del pintor Joaquín Torres García, vinculado igualmente a esa ciudad. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, María Blanchard regresa a España desde París, acompañada por el pintor mexicano Diego Rivera, con quien comparte estudio en Madrid; ambos participan en la exposición Pintores íntegros, organizada por Ramón Gómez de la Serna en 1915. Rafael Barradas y Norah Borges, así como los refugiados polacos Wladyslaw Jahl y Marjan Paszkiewicz, colaboran en las revistas del naciente movimiento ultraísta. El chileno Vicente Huidobro, afincado desde 1916 en París, viaja también a Madrid, donde publica varias de sus obras e inicia una influyente amistad con los entonces jóvenes poetas Gerardo Diego y Juan Larrea.
Joaquín Torres García, Composición constructivista, 1930. Madera incisa. Galería Guillermo de Osma.