En 1914 se instala en Madrid el paleontólogo Hugo Obermaier, acogido por la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas de la JAE, que llegará a convertirse en el maestro de toda una generación de paleontólogos y prehistoriadores españoles. Ese mismo año, Alfonso Reyes se establece en Madrid, donde vivirá hasta 1924 colaborando con el Centro de Estudios Históricos y frecuentando la Residencia de Estudiantes. El filólogo dominicano Pedro Henríquez Ureña es otro de los colaboradores del CEH durante sus estancias en España, una vinculación que continuará en Buenos Aires, en su trabajo con Amado Alonso. Tras la crisis que le produjo su participación en la guerra, en 1919 el musicólogo y futuro primer catedrático de Español en Cambridge (1933), J. B. Trend, viaja a España, donde conoce a Manuel de Falla y Federico García Lorca, visita a Cossío en la Institución Libre de Enseñanza y entra en contacto con Alberto Jiménez Fraud y la Residencia, de la que será colaborador hasta 1936. Trend acometió una labor ingente de investigación y rescate de la música antigua española, especialmente los madrigales, que dio a conocer internacionalmente consiguiendo que se incluyeran en los repertorios de reputados conjuntos británicos. También impulsó la incorporación de la obra de algunos compositores españoles, como Albéniz, Falla o Gerhard, al canon musical europeo, y difundió con sus libros el éxito del proyecto modernizador de Giner y la ILE.
José Moreno Villa, Retrato de J. B. Trend, 1928. Tinta sobre papel. Residencia de Estudiantes, Madrid.