RECONOCIMIENTO Y REGRESO A ESPAÑA (Madrid, 1980-1991)
RECONOCIMIENTO Y REGRESO A ESPAÑA (Madrid, 1980-1991)
Los primeros reconocimientos que recibe María Zambrano en España
se deben a José Luis Abellán, José Ángel Valente
y José Luis Aranguren con su artículo «Los sueños
de María Zambrano», publicado en Revista de Occidente
en 1966; pero no es hasta 1980 que éste se vuelve oficial al ser
nombrada hija adoptiva del Principado de Asturias, a propuesta de la colonia
asturiana en Ginebra.
En 1981 recibe el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación
y Humanidades y es nombrada hija predilecta por el Ayuntamiento de Vélez-Málaga,
cuyo alcalde, Juan Gámez, va a visitarla a Ginebra en compañía
del poeta y pintor Joaquín Lobato. Tras una conferencia de Valente,
en el ciclo dedicado a la filósofa en el Colegio Mayor San Juan
Evangelista de Madrid, se escucha por primera vez, desde su partida al
exilio, la voz de María Zambrano grabada en casette.
Desde ese momento se suceden los homenajes y las entrevistas en la prensa
y radio españolas. En la concedida a José Miguel Ullán,
Zambrano, que escribirá en Los bienaventurados: «De
destierro en destierro, en cada uno de ellos el exiliado va muriéndose,
desposeyéndose, desenraizándose», llega a afirmar:
«¿Volver a España? Que sea lo que Dios quiera».
En 1982 es acordado su nombramiento como doctora honoris causa
por la Universidad de Málaga; uno de los institutos de bachillerato
de Leganés es bautizado con el nombre de María Zambrano,
y el aula filosófica de Sevilla organiza las jornadas de homenaje
«María Zambrano o la metafísica recuperada».
En 1983 se le otorga el premio Pablo Iglesias y se celebra en Almagro
el primer seminario sobre el pensamiento de María Zambrano.
En 1984 Jesús Moreno Sanz viaja hasta Suiza para acompañar
a María de vuelta a España. Jaime Salinas, hijo de Pedro
Salinas y Director General del Libro, es quien la recibe oficialmente
a su llegada a Barajas.
A pesar de su deteriorada salud María continúa en España su actividad
intelectual: ordena sus notas, revisa, corrige y reedita sus obras y redacta
artículos con la ayuda de varios colaboradores. En 1985 es nombrada hija
predilecta de Andalucía, visita la Residencia de Estudiantes y mantiene
una actividad intelectual constante hasta 1986.
Se publican De la aurora (1986), Notas de un método
(1989), Los bienaventurados (1990) y dejará preparado
Los sueños y el tiempo, publicado póstumamente.
En 1987 se crea en Vélez-Málaga la Fundación Cultural
Privada María Zambrano, en cuyo Archivo y Biblioteca está
depositado su legado. En 1988 es la primera mujer distinguida con el Premio
Cervantes.
El 6 de febrero de 1991 fallece en Madrid. En su lápida, tal y
como ella había dispuesto, se esculpe un verso del Cantar de
los cantares: «Surge amica mea et veni».