Dibujos

Francisco Bores, Café, hacia 1925. Lápiz y tinta sobre papel, 21 x 13,5 cm. Residencia de
Estudiantes, Madrid.

Bodegones (1922 - 1925)

Los bodegones de Francisco Bores ponen de manifiesto su buen hacer cubista, así como las lecciones aprendidas de Cézanne. En estas obras, centra su mirada en motivos cotidianos que nos hablan de interiores en calma, de una vida en orden y de una pintura meditativa. Existe una presencia de las formas acorde con un clasicismo renovado, los objetos tienen peso y volumen, y el color y el dibujo siempre están muy presentes. Bores dota a cada elemento de la composición de peso, de medida y de volumen. En unas ocasiones parece acercarse a Giorgio Morandi, en otras, a André Derain o Paul Cézanne.


Francisco Bores, Desnudo femenino de espaldas, hacia 1923. Lápiz sobre papel, 40 x 28 cm. Residencia de Estudiantes, Madrid.

Desnudos (1922-1934)

Los interiores en calma que Bores nos ofrece en sus bodegones tienen su continuación en una serie de dibujos de desnudos que destacan por su carácter intimista. Las líneas, muy leves, se desvanecen en el papel blanco. En este conjunto de desnudos Bores utiliza técnicas muy variadas, desde la tinta china hasta el lápiz, sin olvidar los leves toques de color de la acuarela o el carboncillo, con los que destaca los volúmenes de la figura. En alguno de sus desnudos se deja entrever la influencia del cubismo, al dividir la figura en múltiples facetas que terminan por confundirse con los distintos elementos presentes en la habitación.


Francisco Bores, Tejados de Madrid, 1925. Acuarela sobre papel, 28 x 22,5 cm. Residencia de Estudiantes, Madrid.

Paisajes y escenas madrileñas (1922-1925)

Bores pinta vistas inequívocamente urbanas, rompiendo con el paisajismo rural de tipo regeneracionista que había predominado en la generación artística anterior. Nos encontramos ante paisajes poscubistas y con gran influencia de Cézanne, algo que queda patente de manera especial en el arbolado. Asiduo participante en los círculos literarios y las tertulias madrileñas, Bores recrea escenas de café dominadas por la tranquilidad, en las que aparecen personajes anónimos que leen pero raramente conversan porque suelen estar solos, a menudo rodeados de un halo de melancolía. Los protagonistas de sus dibujos son tipos sentados en el café, vagamente geométricos, fumando en pipa, con una jarra de cerveza o ataviados con sombrero hongo.


Francisco Bores, Retrato de José Rivas Panedas pensando, 1924. Lápiz y acuarela sobre papel, 19 x 13 cm. Residencia de Estudiantes, Madrid.

Retratos (1921-1924)

Este conjunto de retratos realizados por Bores muestra el rico y variado elenco de amistades que entabló durante su juventud en Madrid. En la Academia de Cecilio Pla compartió experiencias con Pancho Cossío, Manuel Ángeles Ortiz o Joaquín Peinado. Y en la Residencia de Estudiantes, principal lugar de encuentro de los artistas, escritores e intelectuales vinculados a la Edad de Plata de la cultura española, Bores estableció una estrecha relación con, entre otros, Juan Ramón Jiménez, Salvador Dalí, José Ortega y Gasset, Federico García Lorca o José Bergamín. También frecuentó los círculos literarios y participó en las tertulias del Madrid de la vanguardia, representados por Ramón Gómez de la Serna.

Presentación

Revista de Occidente