Sobre la base del acróstico VABUMB (Valle-Inclán, Azorín, Baroja, Unamuno, Maeztu, Benavente), popularizado por el periodista y escritor Corpus Barga para aludir a los autores del 98, Ramón María Tenreiro lanzó en 1927 la «jacarandosa denominación» MAJO para referirse a los del 14 (Miró, [Pérez de] Ayala, Jiménez, Ortega). Todos ellos y algunos más, como los hermanos Machado, Díez-Canedo o Azaña, están en esos momentos en plena actividad creadora. Unamuno se encuentra en Hendaya desterrado por la dictadura de Primo de Rivera. Valle-Inclán, por su parte, era entonces censurado en España y discutido por los nuevos creadores por razones estéticas, al igual que Antonio Machado, Azorín y Blasco Ibáñez (quien murió a finales de enero de 1928). En cambio, la amplísima producción de Gómez de la Serna —entre Madrid y París— alternó en pie de igualdad con la de los jóvenes.