I
La Residencia

Era la Residencia de Estudiantes una secuela de la Institución Libre de Enseñanza y en su organización y espíritu se adivinaba la huella de don Francisco Giner. Había sido puesta en manos de don Alberto Jiménez Fraud, muy relacionado con don Francisco, relación que se había acentuado por el casamiento de don Alberto con Natalia Cossío, hija de don Manuel Bartolomé Cossío, discípulo predilecto y continuador de la obra gineriana, a más de brillante historiador del arte y descubridor del Greco. La natural belleza, elegancia y distinción de Natalia Cossío sin duda ayudaba a estimular modales de conducta social en los jóvenes residentes, ya que invitaba individualmente, cuando no en pequeños grupos, a la casa del director, tenida con gusto irreprochable y emplazada en los mismos campos de la Residencia.

(Francisco García Lorca, 1965)

La Residencia quiere ser el hogar espiritual donde se fragüe y depure, en corazones jóvenes, el sentimiento profundo de amor a la España que se está haciendo, a la que dentro de poco tendremos que hacer con nuestras manos. Al mismo tiempo, piensa que este sentimiento será, a su vez, el propulsor más fuerte de nuestra múltiple actividad cotidiana; porque sólo responderemos seriamente a sus exigencias elevando hasta el más alto grado posible nuestro perfeccionamiento y desarrollo espiritual.

(1914)

La extraordinaria situación de la Residencia era otro de sus alicientes. Radicaba en alto, sobre unas colinas que dominaban Madrid. Ningún edificio ajeno podía molestarla, porque los terrenos inmediatos eran suyos y servían para campos deportivos. Constaba de cuatro pabellones y otro pequeño para biblioteca. Más tarde se le agregaron la casa del director y un edificio para espectáculos y conferencias que se llamó «Auditórium».

(José Moreno Villa, 1944)

En un cuarto se «hace» medicina; en otro, cálculo infinitesimal; en otro, legislación; en otro, historia; en otro, caminos, puentes hacia la eternidad, versos. ¿Es que hago un relato simultaneísta? Es la realidad. Un mundo es esto. Con todo. Y todo funciona y todo sigue su trayectoria. Siga el residente.

(José Moreno Villa, 1926)