100% Residencia (1910-2010). La Residencia. Una tradición recuperada
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vivir en la residencia

Moreno Villa recuerda que Jiménez Fraud «jamás se contentó con que [la Residencia] fuese un mero albergue estudiantil. Quería hacer de ella un organismo complejo». Para ello, al eficaz sistema tutorial de la Residencia, semejante al de los colleges ingleses, y al cuidado que se puso en proporcionar a los estudiantes el ambiente material más adecuado, se sumaron iniciativas destinadas a despertar el interés por el conocimiento en todas sus dimensiones. Vivir en la Residencia significaba poder escuchar a los mejores científicos y creadores del momento en las conferencias, representaciones o recitales que se organizaban en su salón, pero también participar en visitas guiadas al Museo del Prado y a otros centros de arte, o asistir a estrenos teatrales o a lecturas públicas que tenían lugar fuera de la Residencia.

Las ciencias, la música, las artes escénicas, la arquitectura, las artes plásticas, la poesía... formaban parte de la vida cotidiana de la Residencia. No sólo estuvieron presentes en la programación cultural abierta al público, también en actividades educativas destinadas a los residentes, así como en las frecuentes tertulias, reuniones informales o representaciones que diariamente se improvisaban en el salón o en alguna de las habitaciones.

El contacto con la naturaleza y la práctica de deportes (tenis, fútbol, alpinismo, esquí, atletismo, rugby o hockey) se fomentaban a través de la organización de excursiones o campeonatos deportivos. No sólo importaba la dimensión física, sino sus posibilidades formativas: se entendía que los deportes de equipo y al aire libre contribuían al desarrollo de cuerpo y mente, a la consolidación del carácter y a la integración en el grupo.
Todo ello hizo que en la Residencia se generara un ambiente propicio al trabajo, la creatividad y la búsqueda de la excelencia, pero también a la alegría, la diversión, el ingenio y el diálogo.

Comedor de la Residencia de Estudiantes en su primera sede de la calle Fortuny en la década de 1910.Louis Eaton-Daniel, Juan Centeno, Federico García Lorca, Emilio Prados y José Bello en la Residencia de Estudiantes, Madrid, 1924Banderín de las actividades deportivas de la Residencia de Estudiantes, años veinte y treinta
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