
Ni tipo de alemán, ni
tipo de israelita, ni tipo de profesor, ni tipo de hombre
de ciencia. Ningún lugar común en su persona. Bien que nacido
en la Europa central, moreno con morenez de balkánico, y semicivilizado
de la Europa del Sudeste. Y luego, ¡qué trazas de artista
en este creador de abstracciones! ¿Cómo le identificaría por
esas señas quien se imaginase a un sabio alemán con aspecto
de sabio alemán? El espíritu clasificador se desazona. ¿Qué
casillero corresponderá a nuestro artista balkánico? ¡Ah!
Ya está: «Tzigane». ¿A cuántos Einstein hemos visto con frac
rojo? ¡Oh, violinista de terraza, junto a la costa, en las
ciudades de los estíos, de nocturno comedor, fosforescente
de fuegos fatuos, en las ciudades de los inviernos! Resalta
en Einstein ese cariz nostálgico, soñador, errabundo y tenebroso
del meridional encendido de morenez, mitigada por no sé qué
valses dispersos en su alrededor. Mas Einstein es el zíngaro
que ha acertado a cifrar en la pauta de la matemática un vals
que nadie había discernido entre los sones que oían ya los
pitagóricos «en la más alta esfera».
[…]
Mandíbulas fuertes. Labios carnosos y húmedos,
levemente caído y más grosezuelo el inferior.
Nada semítica la nariz, grandota, respingada, irregular,
mal construida. Como tantas otras, revela y ostenta, ¡ay!,
los últimos resabios del carácter que a la cultura
han resistido. La nariz es el mensajero de la Naturaleza primitiva,
que así canta de plano. ¡Esta nariz de Einstein!
Al fin hombre, y bien que de pro, hermano de los demás.
Nariz que «está» en Einstein como el mármol
en la cantera antes de la estatua. ¡Mas no hallará
su escultor! La frente, en cambio, sí que lo tuvo:
un Miguel Ángel. Anchura noble, aireada, cimera; ahí
se asomarán los pensamientos como a un balcón
que se abre a la campiña, al mar, al espacio infinito.
También semeja un encerado con mucha holgura para desarrollar
las fórmulas de la Relatividad.
[...]
Así he visto a Einstein en el Colegio de Francia. ¡Oh,
la irradiación
de la presencia en el hombre genial!
Jorge
Guillén [11 de mayo de 1922.] |