CRÉDITOS
Organización y producción
Patio Herreriano. Museo de Arte Contemporáneo Español

Itinerancia en Teruel
Museo de Teruel

Itinerancia en Madrid
Residencia de Estudiantes
Dirección General de Cooperación y Comunicación Cultural (MECD)
Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales (MECD)
Amigos de la Residencia de Estudiantes

SEDES Y FECHAS
Patio Herreriano. Museo de Arte Contemporáneo Español, Valladolid

Del 25 de septiembre de 2003 al 11 de enero de 2004


Museo de Teruel
Del 6 de febrero al 11 de abril de 2004

Residencia de Estudiantes, Madrid
Del 27 de abril al 30 de mayo de 2004
CONTENIDOS

La trayectoria de Ángeles Santos (Port Bou, Gerona, 1911) es una de las más enigmáticas de todo el arte español del siglo XX. Cuando apenas contaba 18 años pintó sus cuadros más famosos que le harían alcanzar el éxito y el reconocimiento de intelectuales y artistas ya en el momento de su creación. En realidad fue un solo cuadro, Un mundo, el que la situó como una de las artistas más interesantes de la época, perfectamente conectada a la vanguardia pictórica más transgresora. Ángeles Santos fue una revelación inmediata entre la intelectualidad de finales de los años veinte.

A este prodigioso y aplaudido arranque pictórico le siguió un misterioso periodo de inactividad creativa. Al cabo de un tiempo, instalada en Cataluña y casada con Emili Grau Sala, reemprendió su actividad pictórica, pero ya de una forma mucho más templada, alejada para siempre de sus portentosos y osados inicios, una postura que le llevó incluso a destruir parte de su obra anterior.

Con la recuperación de las vanguardias históricas, iniciada a mediados de los años setenta, la obra de juventud de Ángeles Santos retomó el relieve y la trascendencia que tuvo inicialmente. Un mundo, que ha participado en cuantas exposiciones se han montado alrededor de la modernidad, volvió a ser uno de los cuadros más populares del surrealismo español. En general, la historiografía moderna ha considerado a Ángeles Santos como una surrealista específicamente catalana, más o menos vinculada al ámbito ampurdanés de Dalí, Massanet o Planells cuando, en realidad, esta integración en el mundo artístico catalán se produjo tras abandonar el contacto tangencial con el surrealismo y «la nueva objetividad». Un mundo, Tertulia y las mejores obras de juventud de Ángeles Santos nacieron en Valladolid y, además de su evidente calidad, ésa es su gran peculiaridad.

La publicación en 1927 del libro de Franz Roh Realismo mágico, post expresionismo. Problemas de la pintura europea más reciente, traducido por Fernando Vela y editado por Revista de Occidente, marcó un hito en el arte español de entreguerras y significó, a su vez, la consolidación del estilo que venían practicando desde el inicio de la década, entre otros, Josep de Togores, Benjamín Palencia o Salvador Dalí. Muy próximos a este llamado realismo mágico se situaron en los años treinta casi todos los miembros de la SAI —Sociedad de Artistas Ibéricos— entonces capitaneados por Alfonso Ponce de León, Timoteo Pérez Rubio y el crítico Manuel Abril. La SAI se encargó de difundir el arte español en el contexto europeo y organizó exposiciones en Copenhague, Berlín y París; muestras en las que se incluyó obra de Ángeles Santos.

Por otro lado, en este mismo contexto del realismo mágico cabe situar a Cristóbal Hall, Mariano de Cossío y a la propia Ángeles Santos, quienes desde Valladolid desarrollaron un estilo personal perfectamente inmerso en la modernidad europea de la época. Desde el punto de vista cultural, uno de los hechos más significativos en la década de los años veinte en Valladolid fue la llegada del pintor inglés Cristóbal Hall, que aglutinó a los intelectuales más inquietos de la ciudad: desde los tres hermanos Cossío —Francisco, José María y Mariano— a Jorge Guillén, pasando por Emilio Gómez Orbaneja, el compositor Félix Antonio o el pintor de escasísimos cuadros Sinforiano de Toro. Además, en esa misma órbita se sitúan las publicaciones de los jóvenes poetas de vanguardia José María Luelmo y Francisco Pino, editores de Meseta, Ddooss y A la Nueva Ventura. Jorge Guillén propició un interesante intercambio cultural entre Murcia y Valladolid a través de la revista Verso y Prosa. Editada por Juan Guerrero, en ella colaboraron, además de casi todos los poetas de la generación del 27, José María de Cossío —auténtico vértice del 27—, su hermano Francisco, presidente del Ateneo de Valladolid, Emilio Gómez Orbaneja y Cristóbal Hall, quien, a su vez, influyó de una forma decisiva en el núcleo artístico murciano, creándose de esta forma un interesante tejido entre pintura y literatura.

La muestra reúne algunos de los cuadros más significativos de Ángeles Santos, pintados entre 1928 y 1930, en los que se puede observar su vertiginosa evolución: desde los lienzos primerizos como La tía Marieta hasta el sabio y perverso refinamiento de Tertulia, Familia cenando o Lilas y calavera, junto a otros totalmente desconocidos como el Retrato de
María Álvarez o el recién descubierto Antonio, Conchita y Anita, que se muestra ahora por primera vez. Además de un apartado documental, la exposición cuenta con el retrato que Norah Borges le hizo a Ángeles Santos en los años treinta y con obras del entorno vallisoletano. Cristóbal Hall está presente con su Retrato de Jorge Guillén, localizado recientemente, que se presenta acompañado por los que realizó de los tres hermanos Cossío y el de Sinforiano de Toro. De Mariano de Cossío se incluye el Retrato de José María de Cossío, junto a otras obras muy poco conocidas que, como las de Hall, no se habían expuesto desde la época en que fueron realizadas.


Con motivo de la exposición el Museo Patio Herreriano ha editado una monografía que incluye estudios de especialistas en la pintura de Ángeles Santos, como Eugenio Carmona, José Carlos Brasas Egido o Ana María Arias de Cossío, un catálogo razonado de la obra de Ángeles Santos, cronología, relación de exposiciones y bibliografía actualizada sobre la pintora, además de un apéndice documental con una antología de textos de algunos de sus contemporáneos como Francisco de Cossío, Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez o Rafael Santos Torroella. Esta publicación fue presentada en noviembre de2003 por Claudio Guillén y Pablo Jiménez Burillo en la Residencia de Estudiantes, con motivo del 92º cumpleaños de Ángeles Santos.