SEDES Y FECHAS
Sala de exposiciones de Verónicas, Murcia, del 15 de mayo al 22 de junio de 2003
C/ Verónicas, s/n
Horario:
De martes a sábado de 10.00 a 14.00 h.
y de 17.00 a 21.00 h.
Domingos y festivos de 10.00 a 14.00 h
Lunes cerrado

Residencia de Estudiantes. Pabellón Transatlántico, julio de 2003
Horario:
De lunes a sábado de 11.00 a 15.00 h.
y de 17.00 a 20.00 h.
Domingos y festivos de 11.00 a 15.00 h


Dirección y producción

Dirección de Proyectos e Iniciativas Culturales
Murcia Cultural S.A.
Presidencia de la Región de Murcia


Proyecto y coordinación técnica

Amigos de la Residencia de Estudiantes

Con la colaboración de

Fundación Francisco Giner de los Ríos
[Institución Libre de Enseñanza]

Dirección General de Cooperación y Comunicación Cultural (MECD)
Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales (MECD)


La Dirección de Proyectos e Iniciativas Culturales de la Presidencia de la Región de Murcia y la Residencia de Estudiantes presentan, en colaboración con la Fundación Francisco Giner de los Ríos [Institución Libre de Enseñanza] y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la exposición Val del Omar y las Misiones Pedagógicas. Esta exposición, de la que son comisarios Gonzalo Sáenz de Buruaga y Piluca Baquero Val del Omar, se inauguró el 14 de mayo de 2003 en la Sala de Exposiciones de Verónicas de Murcia y posteriormente se presentará en la Residencia de Estudiantes a lo largo del mes de julio de 2003.

El objetivo de esta exposición es dar a conocer el trabajo realizado por el cineasta granadino José Val del Omar, dentro del proyecto educativo-cultural de las Misiones Pedagógicas. Cuenta con una nutrida selección de sus primeras obras cinematográficas y fotográficas realizadas durante las Misiones. Además, en esta exposición se hará un especial hincapié en las misiones que se llevaron a los pueblos de la Región de Murcia, así como en la relación de Val del Omar con esta región en la que rodaría varios documentales sobre la Semana Santa de Murcia, Lorca y Cartagena y las Fiestas de Primavera de Murcia entre los años 1934 y 1935 que, debidamente restauradas, se proyectarán en la exposición con el nombre de Fiestas cristianas/Fiestas profanas.

Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo en el que se reúnen, además de los contenidos fotográficos de la muestra, textos de Ramón Gaya, Jordana Mendelson, María García Alonso, Gonzalo Sáenz de Buruaga, Antonio Viñao Frago, Javier Herrera y Joaquín Cánovas/Isabel Durante, así como una cronología sobre José Val del Omar elaborada por Gonzalo Sáenz de Buruaga.

Para esta exposición se cuenta con los fondos de la Residencia de Estudiantes, de la Fundación Francisco Giner de los Ríos [Institución Libre de Enseñanza], del Patronato Carmen Conde - Antonio Oliver (Cartagena), así como del archivo familiar de Val del Omar custodiado por Gonzalo Sáenz de Buruaga.


CONTENIDOS

1. Las Misiones Pedagógicas

El 29 de mayo de 1931 se creó por Decreto el Patronato de Misiones Pedagógicas con el encargo de «difundir la cultura general, la moderna orientación docente y la educación ciudadana en aldeas, villas y lugares, con especial atención a los intereses espirituales de la población rural». Dependía del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y estaba dirigido por una Comisión Central, cuya sede se encontraba en el Museo Pedagógico.

Este Museo, que había comenzado a funcionar en 1884 como centro de investigación, muy vinculado
-tanto por sus colaboradores como por su tarea- con la Institución Libre de Enseñanza, se convirtió en pieza fundamental del proceso de renovación de la enseñanza pública que culminaría en los años de la República.

El Patronato de las Misiones Pedagógicas estuvo presidido por Manuel Bartolomé Cossío y la Comisión Central estaba formada, entre otros, por el Director del Museo Pedagógico (que actuaba como Vicepresidente y que en esos momentos era Domingo Barnés), Rodolfo Llopis, Marcelino Pascua, Antonio Machado, Pedro Salinas, Óscar Esplá, Ángel Llorca y Luis Álvarez Santullano (que ejercía de Secretario).

La acción de las Misiones abarcaba tres aspectos: el fomento de la cultura general a través de la creación de bibliotecas fijas y circulantes, proyecciones cinematográficas, un museo circulante, etc.; la orientación pedagógica a los maestros de escuelas rurales, y la educación ciudadana necesaria para hacer comprensibles los principios de un Gobierno democrático a través de charlas y reuniones públicas.


Así, los contenidos esenciales de este apartado de la exposición se estructurarán en los siguientes apartados:

1. El Museo Pedagógico Nacional y la creación de las Misiones Pedagógicas
2. Museo circulante
3. El Coro y el Teatro del Pueblo y retablo de fantoches
4. Servicio de cine y Proyecciones Fijas
5. El Servicio de Música
6. El Servicio de Bibliotecas
7. Otras actividades de Misiones Pedagógicas


2. El joven Val del Omar y el Cine en las Misiones Pedagógicas

En 1928, cuando Val del Omar iba a cumplir 24 años, exponía en la revista La Pantalla algunas de las avanzadas concepciones técnicas que le acompañarían a lo largo de su vida: el objetivo de ángulo variable (actual zoom), la pantalla cóncava, la imagen apanorámica y la iluminación táctil. Esta precocidad tecnológica de Val del Omar no iba a ser puesta al servicio de lo que hoy llamamos "efectos especiales", sino al servicio de la transformación humanística y social.

Tanto en su etapa juvenil como en su madurez y hasta su fallecimiento en accidente de automóvil en 1982, el Cine poseía, para Val del Omar, dos vertientes: "una sagrada, alentada por los poetas, podía provocar el ascenso de los espectadores hacia la luz; la otra, profana, cultivada por una humanidad de autómatas, les reducía a permanecer en las tinieblas". El aliento místico de Val del Omar le llevaría a una de las utopías audiovisuales más audaces en la vanguardia mundial del Arte y de la Técnica. Su superrealismo documental y regeneracionista desembocaría en las Misiones Pedagógicas.

Su paisano Federico García Lorca orienta al joven Val del Omar a la egregia figura del fundador de las Misiones, Manuel Bartolomé Cossío, cuya fotografías, ya anciano, realizadas por Val del Omar, así como libros sobre su personalidad, figuraron siempre en su mesilla de noche.

Dentro de las Misiones, Val del Omar desempeñaba tareas no sólo en el Museo Circulante, sino también en las proyecciones cinematográficas y de diapositivas y, sobre todo, en la toma de millares de fotografías de la labor misionera así como en el rodaje de más de cuarenta documentales, casi todos desgraciadamente perdidos en la guerra civil. El más conocido es Estampas 1932, rodado por Val del Omar ese año y montado especialmente para servir de documentación básica sobre la labor de extensión educativa de las Misiones.

En el año 1933 y sobre todo entre 1934 y 1935 los "misioneros" acuden a los pueblos de Murcia: bibliotecas, servicio de música en la Universidad Popular de Cartagena, una larga estancia del Museo, así como abundantes proyecciones en muchos pueblos de la región. Val del Omar saca tiempo para rodar tres documentales de las Semanas Santas de Murcia, Lorca y Cartagena así como de las Fiestas de Primavera de Murcia. Estos documentales han podido ser recuperados gracias al cuidado con que su amigo Cristóbal Simancas los preservó en su larga estancia en Venezuela. A su regreso a Españaen 1994 Simancas los donó a María José Val del Omar. Ahora, gracias al Gobierno de Murcia y a Murcia Cultural S.A. podemos verlos, debidamente digitalizados y restaurados, bajo el título de Fiestas cristianas/Fiestas profanas.

En estas obras tempranas del joven Val del Omar se observa ya ese genial maridaje entre su espiritualidad místico-cósmica y su ambición tecnológica que llegaría a su cumbre en las tres obras maestras que componen el Tríptico elemental de España del Val del Omar maduro: Aguaespejo granadino (1953-55), Fuego en Castilla (1958-60), premiada por sus efectos técnicos en el Festival de Cannes de 1961 y Acariño galaico (De barro) (1961, 1981-82, recuperada en 1995). Ese maridaje, seguramente único en la historia del Cine, es una de las constantes, vitales y estéticas, del hombre que en su manifiesto de la Asociación Creyentes del Cinema de 1935 escribió:

3. La Región de Murcia y las Misiones Pedagógicas

La labor del Patronato de las Misiones Pedagógicas en Murcia comenzó con la creación de bibliotecas -en su mayor parte en las escuelas rurales de primera enseñanza-. Entre los años 1932 y 1934 se crearon 72 bibliotecas. Gracias a la colaboración de la Universidad Popular de Cartagena y, sobre todo, al estímulo de Carmen Conde y Antonio Oliver, se realizaron además tres misiones circulantes. La actividad en la región se complementaba con las iniciativas de las Escuelas Normales, que extendieron la acción cultural a lugares a los que las misiones centralizadas no podían llegar.

La primera misión se realizó entre el 26 de marzo y el 1 de abril de 1933. Fue solicitada al Patronato por la Universidad Popular de Cartagena y la Escuela Normal de Murcia. Actuó en Cartagena (Universidad Popular), Cabo de Palos, Fuente Álamo y Zarcilla de Ramos. Participaron en ella Matilde Moliner, Pablo de Andrés Cobos y Antonio Sánchez Barbudo. Con ellos colaboraron Carmen Conde y Antonio Oliver. El uso del cinematógrafo y la audición de música se complementó con charlas de educación ciudadana pronunciadas por los misioneros.

El Museo Circulante visitó la región murciana entre el 15 de abril y el 8 de junio de 1934. Los recuerdos de los misioneros sobre sus pueblos -Águilas, Mazarrón, Totana, Alhama, Mula, Archena, Beniaján y San Pedro del Pinatar-, fueron recogidos en la Memoria del Patronato de Misiones.

«En ninguna provincia de España hemos encontrado pueblos tan desiguales como en Murcia. Aguilas, Mazarrón y Mula son quizá los tres nombres que más grato recuerdo nos dejaron como terreno para la Misión. Totana el único que se nos quedó en blanco. Tuvimos desgracia en él porque el pueblo estaba en manos políticas, que confundieron nuestros carteles del Museo con los de un mitin contrario. Luchamos por destruir esta equivocación, pero cuando empezábamos a conseguir algo, tuvimos que irnos al pueblo siguiente.

En Águilas instalamos el Museo en el Círculo de las Artes y el Comercio. A pesar de ser un pueblo enorme, nuestra actuación tuvo grandes recompensas de interés vivo. El público era numeroso, mezclado, y por ser un puertecillo bastante importante tienen sus gentes un carácter único. Hay un matiz europeo en los pequeños detalles del vivir que contrasta con el fondo y esencia típicamente murcianos. Se comprenderá esto que queremos señalar de la fisonomía del pueblo si decimos que desde hace muchos años viven, entran y salen en Águilas gran número de ingleses que explotan las minas o construyen ferrocarriles.

Mazarrón es quizá lo más distinto que podíamos poner junto a Águilas. En Mazarrón no es que exista aquella sensación de aislamiento que encontrábamos en Purchena, sino que aquí es una realidad. Todos los hombres están como presos de las minas, y las mujeres viven acomodadas en la angustia. Dábamos la charla bastante tarde, ya de noche, cuando los mineros salían de sus negros pasillos. Venían al Museo muy arreglados y limpios, con sus trajes o blusas azules de domingo. Y esto solo ya era conmovedor, y al comprender nosotros el homenaje, nos obligábamos para divertirles en lo posible, bien con música antes de empezar o dando a las explicaciones un tono risueño o de anécdota amable.

Mula también es un pueblo grande, como Águilas, pero con un ambiente más campesino por un lado y más estudiantil por otro. Tuvimos un exceso de público quizá; nos sobraban a ratos los niños, los cuales, a pesar de prometerles una explicación especial para ellos, no consintieron en dejarnos ningún día de nuestra actuación. Pero nuestra sorpresa en estos casos es comprobar más tarde que aquellos chicos que nosotros intentábamos alejar del Museo por parecernos que no pondrían atención, resulta que aunque nos molestaron algo durante las charlas con sus rumores e inquietud, luego supieron presentarnos unos trabajos escritos de recuerdo en los que recogieron cosas realmente sorprendentes. Una niña de ocho años declara su gusto por el Niño Dios Pastor de Murillo con estas palabras llenas de fuego ingenuo: «Me gusta porque no parece de colores; parece que es de carne, que lo han puesto encima del cuadro».


Antonio Oliver y Carmen Conde organizaron de la tercera misión en tierras murcianas del 13 al 19 de marzo de 1935. Recorrieron Valladolises, Corvera, La Murta, Cañadas del Romero, La Azohía, Campillo de Adentro y El Albujón. Niños y adultos disfrutaron de la música de Granados y Albéniz; de las películas de Charlot; de los documentales sobre la vida en otras comarcas españolas; de romances y poemas de Machado, Juan Ramón, Tagore y las primicias de Júbilos de Carmen Conde.