1926

Dibujo con dedicatoria, 1926 Colección particular, MadridPor medio de su amigo el arquitecto Bernardo Giner, se hace cargo, como editor, de la nueva etapa de la revista Arquitectura, que se convertirá en la plataforma de los jóvenes arquitectos españoles y difundirá las corrientes de la nueva arquitectura internacional. El contacto y la relación de Moreno Villa con los arquitectos españoles de la vanguardia será muy estrecha y cordial, además de despertar en él un auténtico interés por los problemas que plantea y las resoluciones que conlleva la nueva arquitectura. En el segundo número de la revista Litoral de Málaga publica cinco dibujos, acompañados de poemas, de su serie titulada Schola Cordis. Se publica su importante Catálogo de los dibujos del Instituto de Gijón. Colección Ceán Jovellanos que, además de ser un modelo en cuanto a catalogación, se ha convertido en un libro imprescindible ya que la valiosa colección de dibujos que atesoraba el Instituto de Gijón fue destruida durante la guerra civil.

En este año publica su importante artículo «Artistas y mercaderes», en el que denuncia la falta de un verdadero mercado del arte moderno en España y la no existencia, por tanto, de la figura del marchante, pieza ya imprescindible dentro del mundo artístico internacional. En el periódico El Sol comienza a aparecer la serie de artículos titulados «Estudios superficiales», que continuarán apareciendo hasta bien entrado el año de 1931 y en donde aprovechará para tratar y reflexionar sobre numerosos problemas de la modernidad relacionados con el urbanismo, las nuevas construcciones, los cambios en las costumbres y en los hábitos o sobre la nueva pintura y sus protagonistas.

A finales del mes de agosto, conoce a una joven estudiante norteamericana con la que comenzará una intensa relación amorosa.