Después de la guerra, el modelo de Misiones Pedagógicas desarrollado en la Segunda República española fue exportado a América. Algunos misioneros, como Cristóbal Simancas en Colombia o Herminio Almendros en Cuba, intentaron animar la realización de iniciativas semejantes. En julio de 1945 se llevaron a cabo las primeras misiones socio-pedagógicas en Uruguay, organizadas por estudiantes universitarios y dirigidas por profesores de la Escuela Normal de Montevideo y profesionales de distintas áreas. El germen de las mismas se encuentra en una conferencia impartida en la escuela por María Luisa Navarro de Luzuriaga y el apoyo decidido de los hermanos Dieste.