Ángel Llorca finalizó en 1887 los estudios de maestro de Primera Enseñanza, profesión que inició dos años después en Elche. En 1892 cursó estudios en la Escuela Normal de Madrid, y en 1895 se tituló como maestro de Primera Enseñanza Normal. Ese mismo año participó en la Asamblea de Magisterio de Valencia y en las Conferencias Pedagógicas de Alicante. A partir de entonces se inició en la participación muy activa en los procesos de modernización y reforma del sistema educativo español. En 1905 recibió el premio de honor y la medalla de oro en la exposición escolar de Bilbao por los trabajos realizados en su escuela de Elche, siendo miembros del jurado Miguel de Unamuno y Manuel Bartolomé Cossío, con quien entabló una amistad que duraría hasta la muerte de éste. Entre 1907 y 1909 desempeñó el puesto de maestro en una escuela elemental de Madrid, de donde pasó a Valladolid, y allí ejerció hasta 1913, cuando volvió a ser maestro en Madrid hasta su jubilación, en 1936.
Durante sus estancias en Madrid habitó en la Residencia de Estudiantes, formando parte del grupo que, en torno a los principios institucionistas basados en el pensamiento pedagógico de Giner de los Ríos, acometió proyectos educativos que han pasado a la historia de la educación española como los más innovadores, aunque no llegaran a culminarse plenamente por la brusca interrupción provocada por la guerra civil de 1936.
Llorca fue pensionado por la Junta para Ampliación de Estudios (JAE) en 1910 para analizar el estado de la enseñanza primaria y de la educación popular en Francia, Bélgica, Italia y Suiza. En 1912, pensionado de nuevo, dirigió la visita de maestros a instituciones docentes de Francia, Bélgica y Suiza. En 1921 estuvo al cargo de otro viaje de estudios de inspectores y maestros, y en 1922 siguió un curso en el Instituto J. J. Rousseau y visitó escuelas primarias en Heidelberg y Múnich. En 1925 volvió al Instituto J. J. Rousseau con un grupo de maestros del Grupo Escolar Cervantes de Madrid, del que fue nombrado director desde su creación en 1916. Este centro, concebido para la formación práctica de aspirantes a maestros del Instituto-Escuela, creado por la JAE, y del magisterio en general, surgió de un encuentro en la Residencia de Estudiantes entre el ministro de Instrucción Pública, Ruiz Jiménez —del Gabinete Romanones—, Cossío y Llorca, y constituyó el banco de pruebas de innovaciones educativas extendidas después a otras escuelas.
Jubilado en julio de 1936, continuó su actividad educativa durante la guerra promoviendo las Comunidades Familiares de Educación en El Perelló (Valencia) y en Madrid.
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