“El pueblo que se aísla, se estaciona y se descompone. Por eso todos los países civilizados toman parte en ese movimiento de relación científica internacional…”


Real Decreto de creación de la Junta para Ampliación de Estudios
e Investigaciones Científicas, de 11 de enero de 1907


Laboratorio de Espectroscopía del Instituto de Física y Química. Archivo General de la Administración, Alcalá de Henares, Madrid.
Una de las principales tareas que llevó a cabo la Junta fue la concesión de becas o pensiones para que maestros, profesionales y científicos de todas las disciplinas pudiesen ampliar sus estudios en el extranjero. La importación de modelos permitió incorporar nuevas formas de trabajo y de transferencia de conocimiento  —seminarios, publicaciones—, así como la creación de nuevos espacios de investigación y de enseñanza.

Equipo de investigadores del Instituto de Fisiología de Leipzig. El primero por la izquierda es Juan Negrín, que desde 1912 era doctor por la universidad alemana. Archivo Juan Negrín López, París.
Desde la Junta se sentaron las bases para establecer una cultura de la ciencia en España, que era el fundamento de los países europeos más desarrollados. También estableció importantes relaciones con instituciones estadounidenses e hispanoamericanas y creó centros en  Europa, como la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma.