La Residencia de Señoritas (1915-1936). Una apuesta de futuro

Aunque el grupo femenino de la Residencia no ha dejado en la historia una huella tan notoria como el masculino, ambos desempeñaron un papel crucial en nuestro pasado reciente. Ambos formaban parte del mismo proyecto, compartían los mismos principios, perseguían similares objetivos y, entre 1915 y 1936, sus trayectorias corrieron paralelas. Como en la Residencia de Estudiantes, en la de Señoritas las residentes, además de con los servicios de alojamiento, contaban con un laboratorio en el que hacer sus prácticas, con una nutrida biblioteca en la que apoyarse para sus estudios y con un programa de clases, conferencias, conciertos o lecturas poéticas orientado a ampliar su formación. Todo ello en una atmósfera pensada para «ofrecer a las alumnas la garantía de un hogar espiritual rodeado de benéficos influjos, en el que poder disfrutar de las ventajas de la vida corporativa, de un sano ambiente moral y de toda clase de estímulos y facilidades para el trabajo», según un folleto de 1933.

En todas sus actividades la Residencia de Señoritas contó con el apoyo fundamental del International Institute for Girls in Spain, una institución norteamericana asentada en Madrid desde principios del siglo XX que le aportó tanto medios materiales —con la cesión en condiciones muy ventajosas de sus edificios o la participación de su profesorado—, como métodos y ejemplos de los que se beneficiaron las jóvenes estudiantes españolas. Por mediación del Instituto Internacional, además, se llegó a acuerdos con diferentes colleges femeninos norteamericanos para conceder becas de intercambio.

Casi la totalidad de las mujeres que tuvieron algo que decir en la sociedad española del primer tercio del siglo XX estuvieron relacionadas con la Residencia de Señoritas. Victoria Kent, Matilde Huici, Delhy Tejero o Josefina Carabias fueron algunas de sus residentes más destacadas. María Goyri, María Zambrano, Victorina Durán o Maruja Mallo formaron parte de su profesorado. Zenobia Camprubí, Gabriela Mistral, Victoria Ocampo, María Martínez Sierra, Clara Campoamor o Concha Méndez participaron en sus actividades. En los salones de la Residencia de Señoritas nacieron el Lyceum Club Femenino y la Asociación Universitaria Femenina.

Pero, además de las que alcanzaron mayor notoriedad, el conjunto de las residentes, compuesto por mujeres de todos los rincones de España, constituyó la vanguardia de un modelo de mujer profesional e independiente que todavía resultaba exótico en la sociedad de su época.

 

El salón de la Residencia de Señoritas en su sede de la calle de Fortuny, 30, Madrid, hacia 1923. Residencia de Estudiantes, Madrid.

Alumnas de la Residencia de Señoritas jugando al tenis en Fortuny, 53, años veinte.

«Las mil estudiantes de la Universidad de Madrid», artículo de Josefina Carabias publicado en Estampa, Madrid, 24 de junio de 1933.