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Emilio Prados

Emilio Prados

EMILIO PRADOS, 1899-1962

 

EL MAR IMPRESO. LITORAL Y LAS TRANSPARENCIAS DE LA PALABRA POÉTICA

Tras abandonar la Residencia, Prados se instala en Málaga en el verano de 1924 e inicia una etapa de incesante actividad que abarca tres facetas complementarias: su propio trabajo como creador, la puesta en marcha de la revista Litoral y su labor al frente de la Imprenta Sur. Los libros iniciales de Prados (Tiempo, Canciones del farero o Vuelta) muestran ya la originalidad de una obra empeñada en fundir elementos que provienen de las vanguardias europeas con las poéticas puristas y neopopularistas del momento. Los altibajos de un carácter extremadamente sensible y la decepción que supone para el escritor las actitudes de poder que rigen el mundo literario hacen que buena parte de su obra de estos años —El misterio del agua, Cuerpo perseguido y el conjunto de prosas que escribe entre 1927 y 1928— quede inédita.

En paralelo, el diálogo entre pintura, música y poesía que establecen las páginas de Litoral nos sitúa ante el programa estético más renovador de la cultura española de los años veinte. En sus páginas logra reunir bajo un único signo creativo a figuras como Guillén, Moreno Villa, Picasso, Diego, Aleixandre, Falla, Dalí, Lorca, Ángeles Ortiz, Alberti, Gris, Cernuda, Palencia, Salinas, Bores o Peinado.

EL ESPÍRITU DE LA LETRA: LA AVENTURA TIPOGRÁFICA DE PRADOS

Creación de la Imprenta Sur

En 1925 Prados comienza, junto a Altolaguirre, su actividad editorial en la Imprenta Sur, adquirida por su padre, de cuyos talleres salen muchos de los principales títulos de poesía del 27, en volúmenes que por su cuidada elaboración la crítica situó entre las mejores ediciones poéticas europeas del momento. En torno a ellas, el grupo de Litoral (sector más joven del 27) define un estilo propio de entender la creación, caracterizado por la importancia que otorgan al concepto de libertad. El enorme esfuerzo editor realizado por Prados y Altolaguirre se traduce en un éxito que traspasa las fronteras españolas. Es decisivo el apoyo económico prestado al proyecto por José María Hinojosa, asociado a Prados desde 1929, viajero infatigable cuyas visitas a Madrid y París amplían y enriquecen notablemente al grupo. Se hizo célebre el método de trabajo de la Imprenta Sur en el que Prados cuidaba todos los aspectos materiales del libro (tipo de papel, color de los entintados, tipografía, distribución de los espacios, etc.).

Prados lector. Actividad pedagógica del poeta

Aparentemente aislado en Málaga, Prados resulta ser uno de los escritores mejor informados de la España del momento gracias a León Sánchez Cuesta, librero con el que sostiene un contacto que llega hasta las mismas puertas de la guerra civil y que le sirve puntualmente las novedades de la literatura francesa de esos años, atendiendo también a las suscripciones a múltiples revistas, que dejan ver a un Prados más próximo a los intereses de la vanguardia europea que a la literatura española del momento. Paralelamente, ejerce una continuada labor de educador entre los hijos de los pescadores malagueños, a través de una pedagogía social que divulga y hace mayoritarios los métodos de la Institución Libre de Enseñanza. En su intento de paliar las desigualdades del mundo que le rodea se encuentra ya la base del compromiso que asumirá años más tarde.