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México,
tierra de promisión
 En
1939, en el momento de la derrota, el gobierno mexicano presidido
por el general Lázaro Cárdenas fue un fiel amigo de
los republicanos españoles. Sus diplomáticos en Francia
intentaron aliviar de mil maneras las duras condiciones de vida
de los exiliados y más de 20.000 españoles encontraron
acogedor refugio en tierras mexicanas, de modo que, después
de Francia, fue la nación que acogió a mayor número
de exiliados. Con el apoyo de los sucesivos gobiernos de aquel país,
los republicanos españoles crearon una serie de entidades
entre las que destacan los colegios del exilio. Fundados en principio
para facilitar puestos de trabajo a maestros y profesores y para
formar a los miembros más jóvenes del exilio, sus
propuestas pedagógicas tuvieron éxito y la mayoría
de estos colegios se consolidó. Desde sus inicios hasta la
actualidad han sido centros de prestigio que aplican en su proyecto
pedagógico muchos de los ideales y las técnicas de
la educación de la II República y que han contribuido
a difundir la cultura española entre miles y miles de alumnos
mexicanos.

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