Además de México, todos los países americanos acogieron a maestros españoles exiliados. Un buen número de ellos pudo ejercer la docencia, e incluso si las condiciones fueron lo suficientemente propicias, llegaron a crear sus propios centros docentes. Así, de acuerdo con las más recientes investigaciones, se sabe que hubo escuelas fundadas por maestros republicanos en la República Dominicana, Panamá, Venezuela, Colombia y Chile. Estos centros docentes, por norma general, tuvieron el mismo modelo pedagógico de referencia que los colegios del exilio en México, aunque se diferenciaron de ellos en que no escolarizaron a jóvenes exiliados más que muy esporádicamente. En suma, se trató de iniciativas individuales que llevaron a cabo actividades de gran interés pedagógico. Pese a todo no llegaron a constituir plataformas educativas de socialización al servicio del colectivo exiliado, como en el caso de México.