A principios de 1930, comienza a trabajar en la librería de León Sánchez Cuesta. Tiempo después, asiste a tertulias con Aleixandre y García Lorca. En la primavera de 1931 vive un apasionado amor, probablemente con Serafín Fernández Ferro
Ramón Gaya. Retrato de Serafín Fernández Ferro, 1932. Carboncillo sobre papel Colección particular, Sevilla