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ADONIS
Los mitos y la poesía árabe preislámica son la base esencial de mi poética
José Méndez

Alí Ahmad Said Esber, Adonis (Qasabin, Siria, 1930), poeta, crítico y antólogo de la poesía árabe tradicional, es uno de los creadores más importantes y renovadores de la lírica árabe contemporánea. Entre sus obras de creación cabe destacar, Cantos de Mihyar el de Damasco, Epitafio para Nueva York, Libro de las huidas y mudanzas por los climas del día y la noche, Un tiempo entre la rosa y la ceniza y Homenaje a las oscuras cosas claras. Como antólogo y ensayista ha publicado Introducción a la poesía árabe, Lo permanente y lo mudable y La palabra de los orígenes, entre otros textos. Su lectura de poemas en el ciclo «Poesía en la Residencia» el pasado 17 de noviembre respondió a la expectación de los numerosos asistentes. En este acto, en el que se presentó Canciones de Mihyar el de Damasco (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo), estuvo acompañado por el profesor Pedro Martínez Montávez, traductor de esta obra, y por la poeta Clara Janés.

Pregunta- Usted afirma ser un poeta árabe pero también un poeta europeo, ¿hay algo en la poesía que esté más allá o por encima de la propia lengua?

Respuesta- Siempre, siempre, y esto es la particularidad de la poesía. La poesía es el poema, la lengua y aquello que va más allá de la lengua. Es como un árbol que está enraizado en un lugar y sin embargo las ramas están abiertas por todo el espacio y por todos lados. Y la poesía es así; aunque yo como poeta árabe estoy enraizado en mi lengua, mi poesía está abierta a todos los seres humanos y a todos los continentes, y en ese sentido yo me siento universal a la vez que totalmente árabe.

Sus traductores al español, que son también sus comentaristas, le presentan como un renovador de la tradición lírica árabe, ¿está usted de acuerdo?

Me siento agradecido con aquellos traductores que me definen como un renovador de la poesía árabe. Evidentemente he intentado, junto con un grupo de amigos, cambiar la manera de expresar, la forma, y sobre todo ampliar el espacio formal de la poesía; que la poesía pueda llegar a ser una visión del mundo. Además, he participado en abrir la poesía árabe a la poesía europea e internacional. También he participado dando legitimidad a nuevas formas de expresión como el poema en prosa, que muchos de los tradicionalistas árabes rechazan aún en el presente. No pueden aceptar que llamemos poesía al poema en prosa. La poesía para ellos es la poesía tradicional con ritmo y con rima. He participado en la fundación de todo esto para la experiencia poética en árabe.

En ese contexto, ¿cuál es la relación de su obra con las tradiciones europeas y con los diferentes «ismos» que se han desarrollado en occidente?

Como usted sabe, la poesía árabe forma parte de la poesía internacional. Por tanto, podemos encontrar en la poesía árabe todas las tendencias de la poesía europea, desde el simbolismo, realismo, surrealismo, todos estos «ismos» se encuentran en la poesía árabe. La poesía árabe está influenciada, más o menos, por todas estas tendencias, sobre todo por el simbolismo y el surrealismo. Sin embargo, personalmente no me intereso mucho por las escuelas poéticas, ya sean surrealistas o simbolistas o realistas; me importan más la poesía y los poetas. Así, por ejemplo, no encuentro que haya grandes poetas en el surrealismo. El movimiento es muy interesante; sin embargo, no creo que hayan hecho buena poesía. A mí me interesa la poesía misma, o los poetas como creadores, la creación.

¿Qué poetas le interesan?

¿Modernos? Bueno, he leído mucho, a la mayor parte de los poetas europeos, toda la poesía alemana llamada «romántica», desde Goethe, Novalis, Rilke, hasta los modernos, de los cuales encuentro que Gottfried Benn es el más importante, el más grande. Después, de los franceses, he leído lo que todo el mundo ha leído: Baudelaire, Rimbaud, Verlaine...

Si me permite hablarle de Gottfried Benn, querría perguntarle si usted comparte la teoría de Benn, según la cual el ritmo preexiste al poema, y el poeta, al entrar en sintonía con ese ritmo, solamente vuelca palabras sobre, digamos, un molde.

Si le he comprendido bien, no estaría de acuerdo con Benn porque es el poeta, el creador, el que da forma y cuerpo a la poesía. La poesía no existe de antemano, la poesía siempre tiene que ser creada. Si no, la poesía sería como Dios, sería una revelación; y la poesía es una creación, una creación realizada por un poeta.

¿Encuentra alguna relación entre Poeta en Nueva York de García Lorca y Epitafio para Nueva York de Adonis?

El traductor de esta obra, Federico Arbós, ha realizado un estudio y ha hecho una comparación entre los dos, y ha encontrado una relación entre ambos. Yo no me siento preparado para estudiarlos y analizarlos, pero me gusta mucho lo que Lorca escribe sobre Nueva York, es una poesía muy bella.

¿Qué relación mantiene Adonis con la poesía española, que, en buena parte, es una rama occidental del gran árbol de la poesía árabe tradicional?

He dicho que estoy íntimamente ligado a la poesía tradicional árabe e incluso he realizado una antología de tres volúmenes de esta poesía. Fue la primera antología moderna de la poesía tradicional árabe y posiblemente hasta ahora la única. Por tanto, conozco muy bien la poesía árabe antigua. En lo que concierne a la poesía española influenciada por la poesía árabe, creo que entre España y la cultura árabe hay una cierta unidad de base que convendría conservar y enriquecer en nuestra vida común. Es muy enriquecedora. Cuando leo a Lorca o a otros poetas españoles, siento que es como la poesía árabe, pero en lengua española.

Su antología está regida por la belleza del lenguaje y, curiosamente, por su relación con la mujer, con lo femenino. ¿Por qué estos dos arquetipos?

Yo quería liberar a la poesía de los puntos de vista tradicionales, sobre todo los que se vierten en la enseñanza, en las universidades y en los colegios. En ellos se lee la poesía de una forma que aniquila esta poesía, la belleza de esta poesía. Para empezar, quise liberar a la poesía de estos puntos de vista tradicionalistas.

¿Una relación más libre con la poesía?

Sí, así es. Sobre todo en cuanto a los profesores, el gusto de los profesores y las formas de ver y de paladear la poesía. En segundo lugar, quise también leer esta poesía de una forma nueva y, por tanto, insistir no tanto en la circunstancia de esta poesía como en el sentido. Encontré que había muchos poetas rechazados por no estar cerca del Califa, de palacio, etc., que eran revolucionarios. Por tanto, hice revivir a esos poetas marginados y rechazados. En tercer lugar insistí en la poesía sobre la mujer. La poesía sobre la mujer también había sido descuidada. Allá donde encontré poesía femenina, la rescaté y hablé de esta poesía. Por último, también elegí como criterio la belleza de la lengua y la novedad de las imágenes y la riqueza de las relaciones entre las palabras y los objetos. Cuando se lee esta antología, uno se da cuenta de que es una nueva poesía árabe la que se está leyendo.

Supongo que esta nueva visión de la poesía tradicional tiene mucho que ver con la propia estructura del gusto y con su evolución como creador. ¿Cuáles son los elementos principales de esa estructura?

En un principio, el fondo mitológico anterior a la cultura árabe, los mitos —sumerios, babilónicos, fenicios, griegos— son una base esencial de mi poética. En la segunda etapa, la poesía árabe preislámica. Es una gran poesía. En la tercera etapa, la poesía mística, el misticismo, no en el sentido religioso de la palabra sino en el sentido visionario. Soy arreligioso. Lo repito. No tengo nada que ver con la religión como institución y creencia, aunque tengo un gran respeto por todas las religiones. El cuarto fundamento es la poesía occidental, la poesía europea. En todas sus variantes es una gran poesía y muy amplia. En quinto lugar, la capacidad de la poesía de expresar aquello que no puede decir la ciencia y la filosofía, ya que la última palabra del ser humano es esencialmente la poesía.

¿Cuál es para usted la relación entre poesía y pensamiento?

No hay poesía verdaderamente importante sin pensamiento. Si usted lee a los grandes poetas, encontrará que su poesía está íntimamente ligada al pensamiento. Sin embargo, lo que marca la diferencia entre la filosofía y la poesía, el pensamiento y la ciencia, es la forma de expresión. En la poesía es necesario expresarse en imágenes y en relación con las imágenes. Es la metáfora que transforma. La expresión poética. La poesía puede decirlo todo. Puede expresar el mundo, puede expresar la filosofía, puede expresar la ciencia, a su manera. Encuentro que la poesía es mucho más amplia que todas las disciplinas del pensamiento.

Hay una poesía que es meramente una expresión visual de la realidad y hay otra que es más existencialista, metafísica. Sin embargo, usted participa en ambas expresiones.

Yo hago una síntesis entre la realidad y la surrealidad porque considero que sólo se puede percibir la realidad a través de una cierta surrealidad. Y la surrealidad sin la realidad sería demasiado abstracta. Hay que ver el mundo en su unidad real y surreal.

En los comentarios previos a su lectura de poemas habló usted repetidamente del concepto de «herida» como núcleo de su obra.

La herida para mí es un símbolo casi metafísico que comienza con la leyenda de Adán y Eva. Encuentro que la obra creadora por excelencia es que Eva empujó a Adán a defraudar a su padre. Porque, si se hubieran quedado en el paraíso, habría sido horrible. No hubiéramos conocido esta vida extraordinaria y este mundo maravilloso. Por tanto, la herida con la mujer, con Eva, tiene un lado alegre y poético; sin embargo, con la muerte tiene un lado muy trágico. No porque yo esté en contra de la muerte, sino porque la muerte es un gran obstáculo para el placer y el amor y para la alegría, para el mundo. Por tanto, la herida tiene dos caras: la cara trágica y la cara alegre. Es una desgracia y una bendición a la vez. Es una de las fuentes de mi experiencia poética. Pero al fin y al cabo hay muchos tipos de heridas, históricas, personales. Cada uno de nosotros tiene su herida personal.

¿La poesía comienza en los sentidos, en las sensaciones?

Siempre se empieza por lo que es sensorial, por la realidad, pero la realidad no basta. Hay que encontrar la fuente de esta realidad que vemos. Por tanto, el poeta, el ser humano busca siempre la fuente profunda de la existencia humana. Y esta apariencia no es una fuente, es una manifestación de la fuente. Hay que ir más allá de la apariencia para encontrar la fuente escondida del ser humano, de la existencia. Siempre es como una fuente, cuando se observan las cosas; cuando ves el agua que ha brotado, hay que mirar más allá de ese origen aparente para tener una idea global y total. Se ve el agua brotar de las profundidades, pero no hay que olvidar las profundidades.

Digamos que uno de los orígenes de la poesía puede ser el misterio, una atracción por el misterio.

Absolutamente. La prueba es que si conociéramos la verdadera fuente de la poesía dejaríamos de crear poesía. Si le preguntan por qué ha amado usted a determinada persona y no a otra, no puede responder más que: «He amado porque he amado». Entonces el porqué tiene que quedarse sin respuesta. Si encontramos una respuesta toda la belleza, toda la magia de las cosas desaparece. Es como el perfume que emana de una flor: una rosa no puede responder por qué. Ése es el misterio de la poesía. Es clara, visible y, al mismo tiempo, oscura e invisible.

De regreso a la apariencia: una parte muy importante en la renovación de la cultura francesa contemporánea se debe a intelectuales del mundo árabe, ¿se reconoce esta influencia?

Creo que existe en general una influencia internacional en el pensamiento y la cultura francesa porque Francia es un país muy abierto que acoge la literatura y la creación extranjeras. Por ello, hay mucha influencia en los medios literarios e intelectuales en Francia. Entre estas influencias podemos encontrar algunos elementos árabes, como hay elementos americanos en el entorno poético.

¿Y en el pensamiento también?

Nunca lo reconocerían.

Es decir, ¿existe oposición al mestizaje cultural?

Hay tendencias contra su influencia, no sólo con los árabes, también con los judíos y otros. Pero el destino de la vida, del futuro, si es que hay un futuro, es el mestizaje de pueblos y de culturas. Pero no es un hecho sólo político, es necesario que cada uno de nosotros viva para su mestizaje, que sea una vocación.

Finalmente, quisiera preguntarle por los primeros años de Adonis en Siria, en la aldea de Qasabín.

Aquél era el Adonis dios (risas). Nací en una aldea muy pobre, alejada de la ciudad, en una familia muy pobre también. No fui a la escuela porque no había escuela en mi aldea y estuve sin escuela hasta la edad de doce años. A los doce años conocí la electricidad, los automóviles, una radio... Estuve fuera del mundo hasta los doce años. Aprendí a escribir la lengua árabe bajo los árboles con los otros niños a esa edad; en este ambiente aprendí el árabe, y la poesía anterior al Islam y la poesía mística de los labios de mi padre. Después de los doce años tuve la oportunidad providencial, casi mágica, de entrar en una escuela. Entonces cursé toda la enseñanza secundaria en cinco años.

Su poesía ¿pertenece de alguna manera a aquella época?

La poesía estaba en las cosas, en los árboles, en la tierra, en las flores, en las rocas. Yo no tuve infancia, no conocí la infancia tal y como ahora se entiende. Después tuve la gran oportunidad de descubrirla y de imaginarla. Tuve el deseo de volver a descubrir mi infancia, que es uno de los orígenes del hecho poético. Mis raíces están ahí. Compuse mi primer poema a los diez o doce años.