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ADONIS

Ali Ahmad Said Esber, más conocido por su seudónimo literario, Adonis, nació en Qasabin (Siria), en 1930. Después de pasar once meses en prisión, acusado de actividades subversivas, en 1954, Adonis abandona su país de origen y adopta la nacionalidad libanesa. En 1956, instalado ya en su patria de adopción, funda en Beirut la revista Poesía, e inicia una intensa labor literaria que abarca una docena de poemarios y que arranca con Primeros poemas, de 1957. De su obra cabría destacar el Libro de las huidas y mudanzas por los climas del día y la noche (1965), El diván de la poesía árabe (ensayo en tres volúmenes, de 1964) o Canciones de Mihyar el de Damasco (1961), su obra más significativa y el primer libro traducido a diversas lenguas europeas. Después de una breve estancia en Nueva York, el poeta publica en 1971 Epitafio para Nueva York. Ha cultivado también la crítica y el ensayo literario en textos como Introducción a la poesía árabe, Lo permanente y lo mudable, Poesía y poética árabes o La palabra de los orígenes. El primero de estos libros recoge cuatro de las conferencias que Adonis pronunció en 1986 en el Collège de France. Según Pedro Martínez Montávez, traductor de Canciones de Mihyar el de Damasco, la grandeza de la poesía de Adonis radica «en su concepción y sentimiento de la lengua, definitivamente cristalizada como patria indiscutible, trascendental, indagada, poseída». Ha sido varias veces candidato al Premio Nobel y recientemente le ha sido otorgado en Macedonia el Gran Premio de Poesía Corona de Oro.

Primer discurso (Inédito)

Aquel niño que fui, me vino
cierta vez: extraño el rostro.
Nada dijo. Marchamos:
cada uno de nosotros, en silencio, fijo en el otro
. Como un río corriendo extrañamente
pasaban nuestros pasos.
 
Nos juntaron, en nombre de esta hoja golpeando en el viento,
las raíces. Y éramos como un bosque
escrito por la tierra, regado por todas las estaciones,
al separarnos.
¡Oh niño que yo fui, avanza, ven!
¿Qué será lo que, ahora, puede juntarnos?
Y
¿qué vamos a decir?
 

(Traducción para Residencia de Pedro Martínez Montávez.)

Desierto, I (Fragmento)

Del vino de dátiles
a la quietud de los desiertos, etcétera,
en una mañana que pasa vísceras de contrabando
y duerme sobre cadáveres rebeldes, etcétera,
por calles, camiones de soldados,
tropas, etcétera,
entre sombras, mujeres, hombres, etcétera,
en bombas cargadas con oraciones
de creyentes y ateos, etcétera,
en hierros que sudan hierro y se desangran en carne, etcétera,
desde campos nostálgicos de trigo,
hierba y labradores, etcétera,
ante murallas que cercan nuestros cuerpos
y nos anegan de tiniebla, etcétera,
por fábulas de muertos que hablan de la vida
y la llevan de la mano, etcétera,
en una palabra que es sacrificio,
víctima y victimario, etcétera,
entre sombras, sombras, sombras,
respiro, me palpo, me busco,
te busco, lo busco, busco a todos
y cuelgo mi muerte
entre mi rostro y esta palabra que sangra, etcétera.
 

De Libro del asedio, Beirut, 1985 (Traducción para Residencia de Federico Arbós.)