Enero, 1939
 

Mi cuerpo mira a lo lejos
su alma desnuda en la arena,
tomando el sol de la muerte
junto a un río de tristezas.
Tan helada tiene el alma
que con la muerte se quema.
Un alma de olvido copia
mis recuerdos. Yo quisiera
que la muerte con su fuego
me dejase el alma negra,
volver a vivir teniendo
en el pecho una tiniebla,
olvidar lo que he perdido,
perder lo que luego venga.

(1940)
 

altolaguirre - poemas - enero, 1939