No es
color turbio, ni perdida forma,
ni luz difusa, débil, la que parte
la inmensidad del campo, su hermosura;
ni es un otoño entre el calor y el frío,
no se ve ni se siente, no se sueña
la fatídica franja divisoria;
pero allí está, como un reptil inmóvil
en la tierra de nadie, de mi España.
(1938) |