Ese mar, amarillo, ácido…
 
Ese mar, amarillo, ácido, en donde
un solo barco de bambú ofrece
al coro de las islas invitadas,
mercancías
y en donde son bordados, no con vida,
peces y nadadores,
vio aquel día
al sol astado con doce rayos gruesos,
prohibiendo enérgico a las aves
sus torpes vuelos femeninos.

(1926)

 
altolaguirre - poemas - ese mar, amarillo, ácido…